El verano está a la vuelta de la esquina y parece que en esta época del año a todos nos da por cuidarnos, comer más saludable y hacer algo de ejercicio.
La coliflor es una verdura muy poco calórica, ya que el 90% de su
contenido es agua, además de que tiene un alto contenido en fibra, vitamina C,
hierro, potasio y calcio, refuerza el sistema inmunológico, favorece la
eliminación de líquidos, regula la función intestinal y tiene una gran
capacidad antioxidante.
A mí me gusta mucho la coliflor y, aunque hay muchas posibilidades de
prepararla, os recomiendo esta receta. Si te gusta, te encantará y, si no, igual
cambias de opinión.
Ingredientes:
Una coliflor
6 dientes de ajo enteros
1 cebolla
2 hojas de laurel
1 cucharada de semillas de cilantro
1 cucharada de semillas de comino
1 cucharadita de pimentón dulce
Queso feta
Aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta
Aceitunas negras
Vinagre de jerez
Perejil
Elaboración:
Precalentar el horno a 190º.
En una sartén tostar ligeramente las semillas de cilantro y comino y
machacar en el mortero. Añadir el pimentón y reservar.
Separar la coliflor en ramilletes y poner en una bandeja de horno. Poner
también los dientes de ajo enteros sin pelar, la cebolla cortada en gajos y las
hojas de laurel. Salpimentar, espolvorear con la mezcla de especias, rociar con
un chorrito de aceite de oliva y con las manos remover para que se impregne
bien.
Hornear hasta que la coliflor esté tierna y dorada, 30 o 35 minutos
aproximadamente.
Una vez sacada del horno, retirar el ajo y el laurel, desmenuzar el
queso, añadir unas aceitunas negras bien picadas y rociar con una vinagreta con
aceite, vinagre de jerez y perejil muy picado (yo lo trituro con la batidora).
Puedes sustituir el queso feta y la vinagreta por una salsa de yogur.
Si eres celíaco, lee con cuidado el etiquetado de las especias, aunque
sean en grano pueden contener trazas de gluten.
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