Un día especial requiere de una tarta muy especial… y es que mi hija Natalia cumple 19 años, casi nada. Por un lado me parece increíble lo rápido que ha pasado el tiempo y, por otro, me parece muy lejana esa niña traviesa correteando incansable de un lado a otro y de pronto verla ya hecha una mujer.
Cuando cumplió los 18, le preparé esta tarta que ahora vuelvo a hacer para intentar volver a aquel momento tan emocionante. ¡Cuántas y qué extrañas cosas han pasado desde entonces! Un año entero en el que se han robado muchos momentos de felicidad y de experiencias nuevas, especialmente cuando estás en un momento tan efervescente de tu vida como cuando eres joven… Por ello, esto no quiere ser sólo una felicitación, sino también un homenaje a todos los chavales responsables que han cumplido con las normas y que se han visto privados de todos esos momentos…
A mi hija le digo que, aunque tenga esa sensación de pérdida, tiene toda su vida por delante para recuperar el tiempo perdido, para no dejar de soñar y para seguir derramando alegría y dulzura a todos los que le rodean.
¡No dejes nunca de ser como eres! Tu mayor valor es tu capacidad de hacer felices a los demás.
Para el bizcocho red velvet
2 huevos
260 gr de azúcar
100 gr de aceite suave
300 gr de harina Mix Dolci de Schär
25 gr de cacao puro en polvo
1 cucharada de pasta de vainilla
1 cucharadita de colorante rojo “sugarflair”
10 ml de vinagre
6 gr de bicarbonato
210 ml de leche entera
30 gr de zumo de zumo de limón
Para el frosting de nata y queso
550 ml de nata mínimo 35% materia grasa
100 gr de azúcar glas
150 gr de queso crema
3 hojas de gelatina neutra
Para adornar y rellenar:
Fresas (250 gr aprox)
Grosellas
Besos de Merengue (opcional, tienes la receta pinchando aquí)
Elaboración del bizcocho:
Mezclar la leche con el zumo de limón y reservar.
Tamizar la harina, el cacao y la pizca de sal y reservar.
Batir los huevos con el azúcar hasta que blanqueen y doblen su volumen. Añadir el aceite y seguir batiendo hasta integrar. Añadir la pasta de vainilla y mezclar.
Añadir el colorante a la buttermilk.
Añadir la harina con el cacao en tres veces, alternando con la buttermilk y mezclando cada vez que añadimos, pero sin batir demasiado, sólo mezclar hasta integrar.
Añadir el bicarbonato con el vinagre y cuando burbujee echar a la mezcla anterior, integrar en la masa.
Verter en un molde previamente engrasado y con papel de hornear en el fondo y cocer durante 50-55 minutos aproximadamente a 180º.
Dejar enfriar en una rejilla.
Para elaborar el frosting:
Hidratar la gelatina en agua durante 10 minutos. Calentar 50 ml de nata y añadir la gelatina bien escurrida. Dejar templar.
Mientras, batir la nata y cuando comience a montar, añadir el azúcar poco a poco mientras seguimos batiendo hasta que esté firme. Añadir el queso mientras seguimos batiendo.
Añadir poco a poco la gelatina disuelta en agua, que deberá de estar tibia, hasta que esté totalmente integrada.
Poner 2/3 en una manga pastelera y reservar el resto en un bol.
Guardar en el frigorífico hasta el momento de montar la tarta.
Montaje de la tarta:
Una vez frío el bizcocho y la nata bien fría, cortarlo en tres partes iguales con la ayuda de una lira. Yo descarto siempre el copete para que la tarta tenga una forma más bonita.
Poner una capa de bizcocho en el plato de servir, con la manga hacer una espiral cubriendo toda la base del bizcocho, desmenuzar unos trozos del merengue y poner unas fresas troceadas. Con la ayuda de la espátula, presionar ligeramente. Poner encima otra capa de bizcocho y repetir la operación. Terminar con la última capa de bizcocho.
Untar toda la superficie exterior con una fina capa de nata y queso y meter en el frigorífico durante una hora. Una vez frío añadir una segunda capa de nata y queso, esta vez más generosa, y pulir con una espátula. El hacerlo así evitará que el bizcocho se desmigue y termine manchando la cobertura.
Adornar con los merengues, trozos de fresas y unas grosellas.
Yo he usado el preparado de Schär especial para repostería. Si usas otro preparado deberás ajustar las cantidades. Si no eres celíaco usa 300 gr de harina de trigo.
Cuidado con el cacao en polvo y el azúcar glas, comprueba que estén libre de trazas de gluten. En cuanto al colorante, esta marca es libre de gluten, es en pasta y le da un color rojo muy intenso; desconozco el resultado con otros colorantes; si es líquido además puede alterar la proporción de líquidos de la mezcla.
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