Crema de calabaza con leche de coco

Con esta receta ya no podrás decir nunca más “eres más soso que la calabaza”. Un alimento que tradicionalmente se ha considerado insulso, te puede sorprender si lo cocinas bien. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Mikel López Iturriaga en su blog “El Comidista” refiriéndose a la crema de calabaza: “puede ser una delicia y puede ser la sopa más sosainas del mundo”. Os invito a que visitéis sus “pautas para alcanzar la cumbre cucurbitácea”.

Yo aquí os propongo mi receta particular, que estoy segura de que os va a encantar y la vais a disfrutar. Os llamará la atención su color naranja intenso y su textura aterciopelada. Todo un placer para los sentidos.

Ingredientes

750 gr de calabaza naranja

½ cebolla

Agua

Sal

1 cucharadita de jengibre fresco rallado

40 gr de aceite de oliva virgen extra

1 bote de leche de coco (400 gr)

Semillas de chía (o amapola o alguna otra similar)

Coco rallado para espolvorear.

Elaboración

Picar la cebolla y pochar en una cacerola con el aceite, hasta que comience a ablandar. Añadir la calabaza y el jengibre y saltear sin que tome color. Añadir el agua necesaria para justo cubrirla y la sal. Cocer a fuego suave hasta que esté tierna, entre 15-20 minutos.

Mientras, en un cazo, poner la leche de coco y cocer hasta reducir a la mitad. Reservar.

Una vez cocida la calabaza, triturarla con una batidora potente y pasar por el chino (para mí este paso es importante para conseguir la textura adecuada). Yo hago todo el proceso con mi Thermomix. Dejar templar.

Disponer la crema de calabaza en unos boles. Regar con unas cucharadas de la leche de coco reservada y espolvorear con coco rallado y las semillas elegidas. Consumir inmediatamente. Me gusta servirla así porque, al no estar disuelta la leche de coco, puedes apreciar más intensamente los diferentes sabores.

La puedes tomar caliente o templada.

Las semillas de chía aportan textura, además de ser un superalimento por sus múltiples propiedades y beneficios. La podrías también sustituir por semillas de amapola, calabaza o  algún otro fruto seco tostado, a tu gusto.

Queda estupenda servida en vasitos como aperitivo. Puedes tener todos los ingredientes preparados con antelación y sólo tendrás que hacer el montaje final.

Si eres celíaco, tienes que comprobar que tanto la leche de coco como las semillas que utilices están libres de gluten. Lee siempre atentamente el etiquetado y no corras riesgos innecesarios; algunas marcas te indican los alérgenos.